María Villagrasa & Nuria García
Los cambios en los entornos sociales pueden tener efectos pronunciados sobre la fisiología y el comportamiento de los animales. En una granja lechera, los animales se reagrupan de forma periódica para facilitar el manejo en términos de producción de leche o etapa de lactación. Muchas vacas experimentan cuatro o más reagrupaciones por lactación.
Cada reagrupamiento expone a la vaca a nuevos individuos o nuevas combinaciones de individuos. La reagrupación con vacas desconocidas puede aumentar el comportamiento agonista lo que por lo general, provoca reacciones conductuales y fisiológicas relacionadas con el estrés, inestabilidad social, menor consumo de alimento así como reducción del peso corporal y de la producción de leche.
Durante el reagrupamiento, los vínculos sociales podrían mejorar la adaptación y reducir el estrés que se origina en el nuevo entorno físico y social. En el ganado, las novillas que se integran por parejas se adaptan más rápido en comparación con las que se integran de forma individual.
El tiempo que pasan tumbadas las vacas es un indicador del bienestar animal
Una manera de medir el bienestar del ganado es el comportamiento de descanso. Las vacas lecheras en lactación deben sintetizar grandes cantidades de leche y necesitan un tiempo de descanso suficiente, preferentemente en posición acostada, para mantener el funcionamiento biológico. Tumbarse es un comportamiento altamente motivado y se utiliza como un indicador válido de estrés social y bienestar.
Las fases de reposo del ganado están altamente sincronizadas en condiciones seminaturales. En los sistemas de cría intensiva, la sincronía de comportamiento se contrarresta por factores como la reducción del espacio o la alta densidad de población. Por lo tanto, la sincronía conductual es una medida que indica que no hay perturbaciones en el comportamiento y que, además las vacas tienen recursos suficientes y, por lo tanto, su bienestar es el adecuado.
Un estudio (A.K. Gutmann et al., 2020) examinó el efecto de la familiaridad entre las vacas lecheras en su adaptación al grupo de ordeño tras el parto. En concreto se investigó los efectos combinados de la introducción en un grupo y de las relaciones sociales sobre el comportamiento de tumbarse de la vaca. Dado que las reacciones son diferentes en función de si la vaca es primípara o multípara, se evaluaron ambos grupos por separado.
El estudio se llevó a cabo en un grupo de vacas de alta producción al principio de la lactación que estuvieron juntas durante aproximadamente el primer tercio del periodo de lactación. Se les colocó un acelerómetro para registrar su actividad en términos de “tumbada” y “no tumbada”.
Antes de parir, las vacas secas y gestantes se mantuvieron juntas en un establo. Unos días antes del parto se llevaron a un compartimento adyacente que permitía un contacto visual y olfativo total y un contacto físico parcial con sus compañeras de grupo anteriores.
Durante los periodos de observación se introdujeron vacas “nuevas” en el grupo en movimientos de 2-4 animales (media de 2) a los 4-16 días (media de 6.5) después del parto. Los datos finalmente disponibles comprendían 23 “días de integración” con datos de descanso de 1 a 3 vacas nuevas (media de 2; en total, 13 primíparas y 33 multíparas recién introducidas). Las vacas residentes habían estado en el grupo una media de 6 a 7 semanas.
Se definieron dos tipos de sincronía del comportamiento; una grupal, es decir, cuando un individuo realiza el mismo comportamiento que la mayoría del grupo, y otra diádica, es decir, cuando un individuo realiza el mismo comportamiento que otro. En el estudio, a nivel diádico, en total, las vacas primíparas nuevas y las residentes formaron 628 díadas cada una, y las vacas multíparas nuevas y residentes formaron 1,545 díadas cada una mientras el resto de vacas estaba presente en el grupo en los respectivos días de integración.
Efectos de la reagrupación de las vacas después del parto
Se observó que las vacas primíparas recién introducidas pasaban menos tiempo tumbadas que las primíparas residentes. Los tiempos cortos de reposo pueden reflejar un estado de excitación causado por las experiencias recientes del primer parto, el traslado a un entorno desconocido, el encuentro con animales desconocidos y el ordeño.
Además, la sincronía diádica era reducida en las primíparas nuevas en comparación con las residentes. Estos resultados confirman que la introducción en el grupo de ordeño es un desafío para las vacas primíparas, ya que no logran descansar lo suficiente y tienen dificultades para comportarse de forma coordinada con sus compañeras de grupo.
Respecto a las vacas multíparas, la introducción de vacas nuevas no afectó de forma negativa ni al tiempo que pasaron tumbadas ni a la sincronía con respecto a las residentes. De hecho, las multíparas recién introducidas permanecieron tumbadas un poco más tiempo que sus compañeras de grupo residentes, lo que indica que se enfrentan bien al grupo y descansan lo suficiente.
Las relaciones establecidas en las primeras edades persisten a largo plazo
En el estudio se hizo una distinción entre familiaridad reciente, definida como haber estado en el mismo grupo de vacas secas antes del último parto, y familiaridad temprana, definida como haber nacido con tres meses de diferencia entre sí y por lo tanto tener la oportunidad de interactuar durante aproximadamente el primer año y medio de vida.
La familiaridad reciente no tuvo ningún efecto sobre la duración o la sincronicidad del descanso en primíparas o multíparas. Por el contrario, la familiaridad temprana afectó al comportamiento de las vacas de varias maneras.
Por un lado, las díadas de las vacas primíparas con familiaridad temprana se comportaron de manera más sincrónica que otras díadas, lo que demuestra que las vacas que tuvieron contacto en los primeros meses de vida se reconocen entre sí y coordinan su comportamiento de descanso.
Por otro lado, la presencia de animales con familiaridad temprana disminuyó el tiempo de reposo de las primíparas nuevas, lo que podría explicarse porque, en las 24 horas posteriores a la introducción cuando se registró el comportamiento en este estudio, las primíparas recién llegadas intentaron estar activas cuando los animales con familiaridad temprana estaban activos, reduciendo así el tiempo de reposo.
Por lo que respecta a las vacas multíparas el número de compañeras de grupo de familiaridad temprana presentes se relacionó de forma positiva con la sincronía grupal. Esto parece apoyar la idea de que para los animales experimentados la presencia de compañeros de grupo con familiaridad temprana hace que sea más fácil coordinar el comportamiento individual con el de todo el grupo.
Conclusiones
Los resultados indican que los efectos de la reagrupación posparto y la familiaridad de los miembros del grupo actual sobre la conducta de descanso son diferentes en vacas primíparas y multíparas.
- Las primíparas tienen tiempos de reposo más bajos al ser introducidas en el grupo, lo que confirma que el periodo posparto es socialmente estresante para ellas.
- Las multíparas recién introducidas tienen tiempos de reposo moderadamente mayores, lo que indica que sobrellevan bien la reagrupación.
- La presencia de animales con los que se habían relacionado durante los primeros meses de vida afectó de forma positiva a las relaciones entre las vacas, pero no la presencia de individuos con los que habían convivido recientemente.
Referencia
Anke Kristina Gutmann, Marek Špinka, Christoph Winckler. Do familiar group mates facilitate integration into the milking group after calving in dairy cows? Applied Animal Behaviour Science 229 (2020) 105033.
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