Alternativas de forraje para el ganado lechero: la soja y el girasol | Dellait

Álvaro García

El uso de forrajes alternativos en la alimentación del ganado lechero está adquiriendo cada vez más relevancia, a medida que los productores buscan formas de mitigar la escasez de forraje, reducir los costes de alimentación y mantener la productividad del rebaño. La soja y el girasol se presentan como opciones viables, especialmente en regiones donde los forrajes tradicionales, como el ensilado de maíz o la alfalfa henificada, son escasos debido a factores climáticos o económicos. Este artículo analiza el valor nutricional, los métodos de recolección y las características de los ensilados de soja y girasol, basándose en estudios científicos y ofreciendo recomendaciones prácticas para los productores lecheros.

Ensilado de soja

Para optimizar la retención de nutrientes y el contenido de humedad, las plantas de soja destinadas al ensilado deben cosecharse antes de que las vainas se desarrollen por completo. Si la cosecha se retrasa hasta la madurez plena, disminuye la digestibilidad y se dificulta la fermentación, ya que el contenido de humedad es menor y el nivel de aceite aumenta. Mezclar el ensilado de soja con ensilado de maíz en una proporción de un tercio puede favorecer la fermentación, al aportar azúcares solubles y reducir el contenido total de grasa.

El ensilado de soja de corte directo suele contener entre un 22 % y un 30 % de materia seca. Si se ensila con este nivel de humedad, pueden aumentar tanto las pérdidas por efluentes como el riesgo de fermentación butírica. Para mejorar la calidad de la fermentación, se recomienda que el contenido de materia seca esté entre el 35 % y el 40 %. Debido a la alta capacidad de amortiguación de la soja, la fermentación puede ser complicada, pero el uso de inoculantes específicos puede mejorar la estabilidad y reducir la aparición de moho. Además, antes de utilizar soja como forraje, los productores deben verificar si existen restricciones relacionadas con el uso de herbicidas.

girasol

Una investigación realizada por Ghizzi et al. (2020) analizó los efectos de sustituir el ensilado de maíz por ensilado de soja en las dietas de vacas lecheras, considerando los siguientes niveles de inclusión:

  • El 16,7% de la MS de la dieta
  • El 33,3% de la MS de la dieta
  • El 50,0% de la MS de la dieta

Según el estudio, el aumento del ensilado de soja en la ración total mezclada (TMR) provocó una disminución lineal en el consumo de materia seca, la digestibilidad de los nutrientes y la producción de leche. No obstante, se observó un notable incremento en la concentración de ácidos grasos insaturados en la grasa láctea, lo que podría mejorar la calidad de la leche. Otros estudios han demostrado que, aunque el ensilado de soja proporciona una cantidad significativa de proteína, la digestibilidad de la fibra es inferior a la del ensilado de maíz. Esto puede afectar la digestibilidad total en el tracto digestivo y la disponibilidad de energía. Para mantener los niveles de producción de leche, es fundamental combinar el ensilado de soja con forrajes de alta densidad energética o con suplementos adecuados.

Ensilado de girasol

El ensilado de girasol es una alternativa forrajera muy útil, especialmente en situaciones donde los forrajes convencionales son escasos. En base a la materia seca, presenta niveles moderados de proteína bruta, en torno al 12,5 %, y, en comparación con el ensilado de maíz, un contenido más elevado de grasa, que varía entre el 7,1 % y el 10,7 % según la variedad. Sin embargo, también contiene una mayor proporción de fibra y hasta tres veces más lignina no digerible, lo que disminuye su valor energético total. Por este motivo, el ensilado de girasol resulta más adecuado para vacas lecheras de baja producción, vacas secas o novillas en crecimiento.

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Combinar el ensilado de girasol con otros forrajes

Los tallos de girasol contienen una cantidad considerable de agua, por lo que es recomendable retrasar la cosecha hasta después de la primera helada, lo que facilita la reducción del contenido de humedad. El momento óptimo para la recolección es cuando las hojas comienzan a secarse y las flores a desprenderse, lo que suele traducirse en un ensilado con aproximadamente un 30 % de materia seca. Si se cosecha con un nivel de humedad demasiado alto, aumenta el riesgo de que se produzca una fermentación deficiente y, en consecuencia, de que la calidad del ensilado sea peor.

El ensilado de girasol por sí solo no presenta buenas cualidades de fermentación debido a su alto contenido de fibra, su bajo porcentaje de materia seca y su elevado pH. Un estudio realizado por Tan y Dumlu (2015) demostró que mezclar ensilado de girasol con maíz o alfalfa puede mejorar tanto su valor nutritivo como su capacidad de fermentación. El maíz resulta especialmente beneficioso, ya que incrementa el contenido de materia seca, reduce el pH, mejora la fermentación y potencia las características físicas del ensilado de girasol.

Los ensilados de girasol con un 50 % o más de maíz, cosechados en etapa tardía, mostraron la mejor fermentación total. La incorporación de alfalfa aumenta el contenido de proteína bruta, pero también eleva el pH, lo que puede afectar negativamente la estabilidad de la fermentación. En cuanto a la calidad física, el ensilado de girasol con maíz presentó una textura y un atractivo visual superiores, mientras que las mezclas de girasol y alfalfa resultaron menos estables debido a un pH más elevado. Por lo tanto, para obtener una calidad óptima de ensilado, el girasol debe ensilarse con al menos un 50 % de maíz, especialmente cuando se cosecha en una fase tardía.

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Estrategias nutricionales prácticas

  • Combinación con otros forrajes: Tanto el ensilado de soja como el de girasol deben combinarse con otros forrajes, como el ensilado de maíz o el heno de alfalfa, para mantener un perfil nutricional equilibrado.
  • Seguimiento de la producción y composición de la leche: La evaluación periódica de la producción y la composición de la leche ayuda a determinar las tasas óptimas de inclusión de estos forrajes alternativos.
  • Uso de inoculantes: Debido a la alta capacidad amortiguadora de ambos forrajes, el uso de inoculantes microbianos puede mejorar la eficiencia de la fermentación y minimizar los riesgos de deterioro.
  • Restricciones de herbicidas: Los productores deben asegurarse de que los cultivos forrajeros seleccionados cumplan con los períodos de retiro de herbicidas antes de suministrarlos al ganado lechero.

Los ensilados de soja y girasol son una alternativa muy interesante como forraje para el ganado lechero, especialmente cuando escasean los forrajes convencionales. Sin embargo, su incorporación a la dieta debe gestionarse con cuidado para garantizar el rendimiento de los animales y la calidad de la leche. Es posible que, para compensar las diferencias en la composición de nutrientes en comparación con los forrajes convencionales, sea necesario realizar ajustes en la formulación de la ración. Los estudios en curso continúan perfeccionando la metodología recomendada para integrar estos forrajes en los sistemas de producción lechera.

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