Andrés Haro
El secado de la ubre en vacas lecheras antes de parir es de vital importancia en la producción de leche. Para que la salud de la vaca sea óptima y dé su mejor rendimiento, tanto productivo como reproductivo, en la siguiente lactación, los animales han de pasar por un periodo de descanso para permitir que se regenere el tejido mamario.
Durante este periodo la vaca seca y la ubre se preparan para la siguiente lactación y los cambios y anormalidades producidas tendrán un efecto negativo o positivo sobre la salud de la vaca y la producción de leche en la nueva lactación.
Con este objetivo, un estudio realizado en el Danish Cattle Research Centre, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca (Franchi et al., 2020), evaluó los efectos de varias estrategias de secado como variar la densidad energética de la comida (dieta de lactación normal o de baja energía) y la frecuencia de ordeño (una o dos veces) desde siete días antes del último ordeño, sobre la motivación y el sesgo de atención relacionado con la alimentación en vacas de alta producción.
Así pues, durante siete días antes del día de secado un total de 24 vacas lecheras Holstein preñadas (316 días en leche) fueron ordeñadas 1 o 2 veces al día y alimentadas ad libitum con una de las dos siguientes dietas:
- de lactación normal (energía neta de lactación: 6.75 MJ/kg de materia seca; MS)
- de baja energía (5.73 MJ/kg de MS)
Las vacas se evaluaron los días 2 y 5 antes del secado. Mientras que las vacas alimentadas con la dieta normal, con uno y dos ordeños al día consumieron 127 y 142 MJ/d, respectivamente, las vacas en la dieta baja en energía con uno y dos ordeños al día consumieron 73.0 y 83.1 MJ/d. La producción de leche promedio durante los seis días antes del secado, en las vacas alimentadas con la dieta normal con uno y dos ordeños al día fue de 16.3 y 28.8 kg/d, respectivamente y los animales de la dieta reducida en energía día produjeron 13.5 y 17.5 kg de leche por día.
Prueba de evaluación de la motivación y la lateralización visual
El sesgo de atención relacionado con la motivación del consumo de alimento y la lateralización visual se observaron con imágenes de dos cámaras digitales, cuando las vacas se alimentaron en corrales individuales durante al menos 3 segundos de forma continua en un periodo de 5 minutos. Además, después de la alimentación continua durante 3 segundos, se les ofreció un estímulo en el centro del comedero que, después de una pausa de un segundo, se retiró y se registró la postura vigilante de la cabeza (sí o no, postura de la cabeza vigilante). La imagen se usó para asignar el ojo dominante respecto a la alimentación: hacia la derecha, izquierda o ausente cuando ambos ojos estaban alineados con la alimentación.
Las vacas de la dieta de menos energía mostraron más motivación para comer
Las vacas alimentadas con la dieta de baja energía consumieron un 42% menos de energía que las vacas del otro grupo por lo que empezaron a alimentarse antes en los dos días de prueba. Este resultado indica que, a pesar de que podían comer ad libitum, su motivación para comer era mayor, debido, seguramente, a que tenían más hambre. Sin embargo, la mayor motivación alimenticia no afectó al sesgo de atención relacionado con el alimento.
Al analizar los resultados según el número de partos se observó que en el día dos las primíparas empezaron a comer antes que las multíparas después de presentarles un estímulo nuevo y tendían a estar menos vigilantes que las multíparas. Esto podría explicarse porque las primíparas al no estar físicamente desarrolladas necesitan más energía para crecer y producir leche que las multíparas, o bien porque al tener más hambre pueden haber sido más atrevidas que las vacas más viejas a la hora de buscar el alimento. Los autores se inclinan más por el segundo argumento junto con la idea de que las primíparas pueden haberse familiarizado antes con los nuevos estímulos y darse cuenta de que no eran peligrosos.
Respecto al nivel de atención mostrado por los animales, la proporción de vacas con postura de cabeza vigilante fue mayor entre las vacas alimentadas con una dieta normal de lactación, en los dos días de prueba. La explicación de este resultado podría ser la misma que la indicada en el párrafo anterior y que está en consonancia con otros estudios que indican que al aumentar la motivación por comer algunos animales se arriesgan más para conseguir el alimento y están menos vigilantes.
Por otra parte, respecto a la lateralidad visual, en general, las vacas de ambos grupos utilizaron más el ojo derecho al mirar el alimento lo que indica que este era percibido como un estímulo positivo y, por lo tanto, estaba sometido al procesamiento por parte del hemisferio izquierdo. No obstante, existía mucha variabilidad individual por lo que se necesitarían más estudios o estudios con un mayor número de vacas para apoyar este resultado.
Conclusión
Las principales conclusiones del estudio fueron:
- Un cambio negativo en la dieta aumenta la motivación por el alimento en vacas sometidas a un secado gradual.
- Las vacas mostraron una mayor tendencia a utilizar el ojo derecho sobre el ojo izquierdo en el momento de observar una fuente de alimento.
- Las vacas lecheras que consumieron menos energía se mostraron menos vigilantes que las alimentadas con una dieta de lactación normal.
Referencia
Franchi, G.A., Herskin, M.S., Jensen, M.B. 2020. Do dietary and milking frequency changes during a gradual dry-off affect feed-related attention bias and visual lateralisation in dairy cows? Applied Animal Behaviour Science. 223: 104923.
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