María Villagrasa
Los cereales son una parte importante de la alimentación de las vacas lecheras ya que son una fuente segura de energía metabolizable. No obstante, si se ofrecen en exceso el almidón que contienen sus granos puede provocar algunos problemas de salud como la acidosis ruminal subclínica.
En la búsqueda de fuentes alternativas de alimentos para el ganado está aumentando el interés por ingredientes como la harina de galleta, un coproducto que se obtiene del reciclaje de los alimentos frescos, cuya base es la harina de trigo, que las panaderías y supermercados no venden: galletas, pan, dónuts, chocolate, etc.
La composición de la harina de galleta es muy variable según la materia prima original y su proceso de elaboración es sencillo: los ingredientes, que tienen que estar bien conservados y sin ningún tipo de contaminación, se recogen, se someten a un proceso de secado, se muelen y por último se mezclan para obtener el producto final.
Desde el punto de vista nutricional la harina de galleta es diferente a los granos de cereales: es rica en hidratos de carbono (55-62% en materia seca -MS- de almidón más azúcares) y grasa (7-10% MS) así que su palatabilidad es alta. El contenido en proteína es bajo (8-11% MS) aunque la disponibilidad de los aminoácidos también es alta.
Un aspecto importante que hay que tener en cuenta cuando se alimenta al ganado con harina de galleta está relacionado con los cambios químicos que se producen durante el procesamiento ya que la molienda o el calentamiento podrían aumentar la degradación del almidón ruminal y afectar a la salud del rumen.
Así pues, se realizó un estudio (Kaltenegger et al., 2020) con el fin de evaluar los efectos de la sustitución de los granos de cereales por diferentes cantidades de harina de galleta sobre el consumo de MS, la producción de leche y el pH ruminal.
Un total de 24 vacas Simmental en lactación se distribuyeron en tres grupos y se les proporcionó tres dietas diferentes:
- Control: 0% de harina de galleta y 30% de cereales
- Grupo 15BP: 15% de harina de galleta más 15% de cereales
- Grupo 30BP: 30% de harina de galleta y 0% de cereales
Las dietas se ofrecieron como ración completa mezclada y contenían 50% de concentrados, 25% de ensilado de maíz y 25% de ensilado de hierba (en base a MS). Los cereales utilizados fueron trigo y triticale. En la tabla 1 se muestra la composición nutricional de las dietas mientras que la composición de la harina de galleta y de los cereales de las dietas se muestra en la tabla 2.
Como se observa en la tabla 1, en comparación con la dieta control, al añadir harina de galleta se observó un incremento de los azúcares (de 4.50 a 5.97%) y de las grasas cuyo porcentaje pasó de 2.40 a 4.00%.
Al revisar la tabla 2, se observa que las principales diferencias entre la harina de galleta y los cereales se encuentran en la grasa y los azúcares. En el primer caso la harina de galleta tiene un 10.9%, el trigo un 1.90% y el triticale un 5.50%, mientras que, respecto a los azúcares, en la harina de galleta el porcentaje es de 10.6%, en el trigo de 2.80% y en el triticale de 4.90%.
La producción diaria de leche aumentó en 4.5 kg al añadir harina de galleta
El consumo de MS de las vacas alimentadas con harina de galleta aumentó de forma lineal respecto al de las vacas del grupo control, de modo que pasó de 23.0 kg/día en la dieta control a 24.7 kg/día en la de 15% de harina de galleta y a 24.9 kg/día en la de 30% de harina de galleta.
Por otra parte, al aumentar la concentración de harina de galleta en las dietas aumentó de manera lineal la producción diaria de leche (30.6 vs 35.1 kg, control vs. dieta con más cantidad de harina de galleta) y de leche corregida por energía (29.4 vs. 34.3 kg/día).
La composición de la leche también se vio afectada por la harina de galleta: el contenido de grasa aumentó (3.59 vs. 3.90%) y la proteína disminuyó (3.63 vs. 3.51%) linealmente al añadirla. La producción de proteína láctea también disminuyó (1.20 vs. 1.14 kg/día), pero los otros componentes no se vieron afectados por la harina de galleta. La ratio grasa/proteína aumentó linealmente al incluir más harina de galleta (1.01 vs. 1.09).
Por otra parte, la concentración de nitrógeno ureico en leche disminuyó linealmente con la inclusión harina de galleta (27.1 vs. 20.2 mg/dl).
La concentración de glucosa e insulina disminuyó al aumentar la harina de galleta
La concentración de glucosa disminuyó linealmente a lo largo del día en las vacas alimentadas con harina de galleta. Este resultado se explica porque es posible que la harina de galleta hiciera que se produjera menos propionato en el rumen y, dado que el propionato es el principal precursor de la glucosa, esta se redujo al aumentar la concentración de harina de galleta.
Por otra parte, la concentración de insulina plasmática también disminuyó linealmente en las vacas a medida que aumentaba la inclusión de harina de galleta en las dietas. La reducción tanto de glucosa como de insulina al aumentar el contenido de harina de galleta se asoció con el aumento lineal de ácidos grasos no esterificados (AGNE) y beta-hidroxibutirato (BHB) del plasma. No obstante, a pesar de este incremento, al tener en cuenta los niveles absolutos, se observó que las concentraciones de ambos compuestos fueron bajas en este estudio (AGNE: 0.024–0.049 mmol/l; BHB: 0.18–0.58 mmol/l).
La harina de galleta reduce el riesgo de padecer acidosis ruminal subclínica
El pH ruminal promedio pasó de 5.91 en las vacas del grupo control a 5.98 en el grupo de las vacas alimentadas con la menor cantidad de harina de galleta, y a 5.93 en el último grupo.
Como se ha mencionado anteriormente el procesamiento de la harina de galleta podría afectar a la salud del rumen y provocar acidosis ruminal subclínica, trastorno que se produce cuando el pH ruminal está por debajo de 5.8 entre 284 y 475 minutos/día. En el estudio, contrariamente a lo que se esperaba, este tiempo en las vacas control fue de 569 min/día, mientras que en las vacas del grupo con la menor cantidad de harina de galleta fue de 381 min/día, lo que indica que las primeras tenían un mayor riesgo de padecer acidosis ruminal subclínica.
Este trastorno digestivo aparece como consecuencia de una alimentación rica en cereales, con mucho almidón y poca fibra. Por lo tanto, es posible que el tiempo que el pH estuvo por debajo de 5.8 en las vacas del grupo control se debiera al mayor contenido de almidón de su dieta. Además, en ese caso, los cereales de la dieta control eran trigo y triticale que tienen la mayor degradabilidad ruminal del almidón lo que también podría haber reducido la capacidad amortiguadora del rumen.
Conclusión
En conjunto, los resultados indican que incluir hasta un 30% de harina de galleta en la dieta de las vacas lecheras hace que aumente el consumo de MS, la producción de leche (en 4.5 kg/día) y el contenido de grasa láctea, y también reduce el riesgo de padecer acidosis ruminal subclínica.
Referencia
Kaltenegger, Anna & Humer, Elke & Stauder, Alexander & Zebeli, Qendrim. (2020). Feeding of bakery by-products in the replacement of grains enhanced milk performance, modulated blood metabolic profile, and lowered the risk of rumen acidosis in dairy cows. Journal of Dairy Science. 103. 10.3168/jds.2020-18425.
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