Fernando Diaz
Las vacas lecheras, al igual que otros rumiantes, pueden convertir forrajes y otros alimentos fibrosos en productos de elevada calidad nutritiva como leche y carne. Los forrajes son generalmente la fuente energética más barata para vacas lecheras. Sin embargo, la capacidad de convertir forrajes a leche está limitada por la digestibilidad de las paredes celulares del forraje.
En condiciones ideales de alimentación, la digestibilidad de las paredes celulares en el tracto digestivo suele ser menor de 65%. Según un laboratorio comercial de Minnesota (EE.UU.), la digestibilidad media de la fibra neutro detergente (FND) a las 30, 120 y 240 horas fue 54 (rango: 43-64%), 71 (63-80%), y 74% (66-84%) de la FND del ensilado de maíz, y 38 (27-49%), 41 (30-52%), 42% (30-53%) de la FND del heno de alfalfa.
Estudios en vacas lecheras
Una serie de tres estudios llevados a cabo en la Universidad Estatal de Dakota del Sur evaluó diferentes concentraciones de forraje en dietas de vacas lecheras de alta producción en varios estados de lactación. En dietas de vacas al principio de lactación, la mezcla de forraje (consistente en 67-75% de ensilado de maíz y 25-33% heno de alfalfa sobre materia seca; MS) fue sustituido parcialmente por fuentes de fibra no forrajeras (gluten feed y cascarilla de soja).
Continua leyendo este artículo publicado en Revista Frisona.