Álvaro García
Los cítricos, sobre todo las naranjas y los limones, suelen estar disponibles como subproductos de la producción de zumos o como excedentes de los huertos. Estas frutas han captado la atención del sector ganadero por su palatabilidad y sus posibles beneficios, pero su consumo por parte de las vacas lecheras presenta ciertas dificultades. Por un lado, la pulpa de la fruta contiene una gran cantidad de agua, lo que la hace muy apetecible para las vacas lecheras. Sin embargo, la cáscara, aunque menos apetecible, suele incluirse como parte de los residuos generados en las operaciones de exprimido y tiene sus propias características nutricionales, entre ellas un alto contenido de fibra y aceites esenciales. Estos compuestos pueden aportar beneficios nutricionales adicionales, pero también pueden ser problemáticos cuando se suministran en exceso. Cuando están frescas, estas frutas ofrecen un equilibrio perfecto de hidratos de carbono simples (procedentes de los azúcares) y fibra, así como algunos micronutrientes. Sin embargo, la proporción de pulpa con respecto a la cáscara varía y, en los subproductos de desecho, el contenido de la cáscara frecuentemente constituye la mayor parte. Por último, el elevado contenido de humedad de los cítricos frescos puede ser tanto beneficioso como problemático, dependiendo del método de alimentación y de la tolerancia digestiva del animal.
Restricciones de la alimentación en fresco
Aunque los cítricos pueden ser un valioso suplemento en la dieta de las vacas lecheras, su consumo en fresco tiene algunas limitaciones:
- Humedad: los cítricos frescos contienen un alto porcentaje de humedad, generalmente entre el 80% y el 85%, lo que puede provocar un consumo excesivo de agua si se suministran en grandes cantidades. Esto puede alterar el equilibrio ruminal de la vaca y causar trastornos digestivos o timpanismo. Además, un elevado consumo de agua sin un aporte suficiente de fibra puede diluir el consumo total de materia seca (CMS), afectando potencialmente a la eficiencia alimentaria global.
- Disponibilidad: la oferta de cítricos frescos puede ser irregular, dependiendo de las prácticas agrícolas locales y de las fluctuaciones estacionales. Por ello, la alimentación en fresco puede no ser tan fiable a lo largo del año y puede requerir métodos alternativos de almacenamiento o conservación para asegurar un suministro constante.
- Transporte: transportar cítricos frescos puede ser caro, debido a su carácter perecedero y al hecho de que contienen mucha agua. Las frutas deben trasladarse rápidamente desde el punto de producción hasta la granja, lo que exige que el almacenamiento esté refrigerado y que la cadena de transporte sea eficiente. Además, el volumen elevado de fruta fresca necesario para que tenga un impacto significativo en la dieta de una vaca hace que su transporte no siempre termine siendo rentable.
- Almacenamiento: los cítricos frescos y las cáscaras se estropean rápidamente si no se consumen de inmediato, por lo que pueden terminar convirtiéndose en desperdicio. Para evitar pérdidas económicas, deben procesarse, consumirse o conservarse lo antes posible.
- Efluente: se refiere a la pérdida de líquido de los cítricos que ocurre durante el almacenamiento o la alimentación. Dado su alto contenido de humedad, el exceso de líquido puede acumularse en los comederos o en los depósitos de almacenamiento, o puede disolver los nutrientes solubles, como los azúcares, si cae al suelo, reduciendo el valor nutritivo del alimento. Además, las filtraciones pueden favorecer la proliferación de bacterias nocivas, mohos u hongos, lo que puede degradar la calidad del alimento y suponer un riesgo para la salud de las vacas.
El ensilado de cítricos
Una forma de hacer frente a estos problemas es ensilar los cítricos y sus cáscaras. El ensilado ayuda a preservar el valor nutritivo de los cítricos evitando que se estropeen y manteniendo al mismo tiempo el contenido hídrico de la fruta. Además, el proceso de fermentación puede descomponer parte de la fibra de la cáscara, volviéndola más digerible para las vacas. Sin embargo, el ensilado de cítricos conlleva algunos problemas, sobre todo debido a su elevado contenido de humedad. Durante el proceso de fermentación, las frutas pueden desprender un exceso de líquido, lo que da lugar a pérdidas de nutrientes y a un posible deterioro. Los residuos de cítricos suelen ser ácidos, con un pH que oscila entre 3 y 4, lo que ayuda a impedir que proliferen determinados organismos nocivos. Sin embargo, aunque esta acidez ofrece cierta protección contra bacterias y mohos, no impide del todo que se desarrollen algunos patógenos. Por ejemplo, hay mohos, hongos y ciertas bacterias (como Salmonella o E. coli) que pueden desarrollarse en ambientes ácidos, sobre todo si los residuos se almacenan de forma inadecuada o en condiciones en las que retengan humedad, como ocurre en los montones. Es necesario que el manejo de la pulpa de cítricos ensilada esté diseñado para permitir que haya un drenaje apropiado para gestionar el exceso de líquido. Esto ayuda a mantener la calidad del ensilado y evita que las filtraciones se conviertan en un problema importante.
Para reducir el elevado contenido de humedad (75-85%) de la pulpa, a menudo se ensila junto con alimentos más secos, como subproductos fibrosos. Esta combinación equilibra el nivel de humedad, que suele ser del 60-70%, el cuál es el ideal para el ensilado. Los componentes secos del alimento mejoran la fermentación, ya que proporcionan azúcares fermentables que favorecen la producción de ácido láctico, lo que garantiza un descenso rápido del pH para conservar el ensilado y minimizar el deterioro. Además, esta combinación mejora el equilibrio nutricional, ya que complementa la energía y digestibilidad elevadas de la pulpa de cítricos con fibra o proteínas adicionales procedentes de los alimentos secos. Para crear las condiciones anaeróbicas, es esencial que el empacado sea el adecuado y que el cierre sea hermético, al tiempo que los alimentos secos disponibles localmente contribuyan a reducir los costes. De este modo, no sólo se controla la humedad, sino que se obtiene un alimento rico en nutrientes y rentable para el ganado.
Las cantidades óptimas
Los cítricos pueden ser un suplemento muy útil en la dieta de las vacas lecheras. Diversos estudios han demostrado que los cítricos y sus cáscaras pueden incorporarse a la dieta de las vacas en proporciones que oscilan entre el 5% y el 10% del consumo total de materia seca. Este porcentaje suele ser suficiente para aportar a las vacas azúcares, fibra y micronutrientes adicionales sin sobrecargar su sistema digestivo con un exceso de agua o un contenido desequilibrado de nutrientes.
En las dietas que incluyen cítricos, es importante controlar el consumo total de materia seca y asegurarse de que la dieta sigue siendo equilibrada. Si la dieta contiene demasiados cítricos, otros nutrientes necesarios podrían ser sustituidos, y el rendimiento en términos de producción de leche y salud general podría ser inferior al óptimo.
El consumo excesivo de frutas o subproductos cítricos puede tener efectos negativos en el rendimiento de las vacas lecheras, especialmente en la producción y composición de la leche:
- Disminución del consumo de materia seca (CMS): debido al alto contenido de humedad de los cítricos, su consumo en cantidades excesivas puede reducir el consumo total de materia seca. Esto podría provocar una disminución del consumo de energía, lo que puede reducir la producción de leche. Un descenso del CMS también puede perjudicar la salud general de la vaca, que podría volverse más propensa a sufrir trastornos metabólicos.
- Desequilibrio en el consumo de nutrientes: la sobrealimentación de cítricos puede provocar un desequilibrio en la dieta de las vacas, sobre todo en relación con la proporción entre carbohidratos y proteínas. Si se les suministra en exceso, el alto contenido de azúcar de los cítricos podría alterar el proceso de fermentación ruminal de la vaca, lo que provocaría una disminución de la digestión de la fibra y un aumento del riesgo de acidosis.
- El rendimiento y la composición de la leche: el consumo excesivo de cítricos puede provocar cambios en la composición de la leche. Unos niveles elevados de ácido cítrico en la dieta pueden reducir el pH ruminal, afectando potencialmente a la capacidad de la vaca para digerir correctamente la fibra. Esto puede provocar una reducción de la producción de leche y de los porcentajes de grasa y proteínas en la leche. Además, las vacas que consumen demasiados cítricos producen leche con sabores desagradables debido al alto contenido de ácido cítrico.
- Acidosis ruminal: En el caso de que los cítricos se administren en cantidades elevadas, su alto contenido en azúcares puede provocar una rápida fermentación en el rumen, dando lugar a una acumulación de ácidos grasos volátiles (AGV) y a un descenso del pH ruminal.
Alimentar a las vacas lecheras con cítricos como naranjas y limones aporta varios beneficios nutricionales, como ser una buena fuente de azúcares, fibra y vitaminas. Sin embargo, hay que tener en cuenta varios aspectos a la hora de incorporarlos a la dieta, entre los que se incluyen las dificultades logísticas relacionadas con la alimentación en fresco, el riesgo de que se deterioren y los problemas de transporte. Ensilar cítricos es una forma excelente de preservar su valor y reducir su deterioro, pero hay que estar pendiente de las filtraciones y controlar la humedad durante el ensilado.
Cuando se administran con moderación (5-10% del consumo total de materia seca), los cítricos pueden mejorar la nutrición de las vacas lecheras sin causar grandes alteraciones en la producción o composición de la leche. Sin embargo, es importante evitar un consumo excesivo para prevenir la acidosis ruminal, la reducción del CMS y evitar cualquier alteración en la composición de la leche.
La clave para que los ganaderos lecheros incorporen con éxito los cítricos a su método de alimentación es equilibrar la cantidad suministrada con las necesidades nutricionales generales de las vacas y controlar cuidadosamente su salud y la producción de leche. Para aprovechar al máximo los beneficios de la alimentación con cítricos, es esencial que el almacenamiento, la manipulación y la incorporación a la dieta general sean los adecuados, al tiempo que se controla todo lo relacionado con las filtraciones.
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