Lucas Pantaleón
La rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR) es una enfermedad causada por el herpesvirus bovino tipo-1 (BoHV-1). El BoHV-1, junto con el virus de la diarrea viral bovina, son enfermedades importantes en los rebaños lecheros debido a los efectos reproductivos negativos, mayor susceptibilidad a otras enfermedades, desecho temprano y pérdidas económicas significativas.
El ganado lechero infectado con BoHV-1 puede desarrollar infecciones agudas y diseminar el virus durante cortos periodos de tiempo. A esta etapa le sigue la infección latente de por vida, caracterizada por la excreción viral secundaria a eventos de estrés. El movimiento de animales entre rebaños es la principal vía de contagio de enfermedades.
En la literatura ha habido una falta de enfoque en el desarrollo de modelos de evaluación de riesgos para evaluar el efecto de las medidas de bioseguridad en la probabilidad de introducción de enfermedades para apoyar la toma de decisiones sobre qué prácticas deben priorizarse en función de los riesgos específicos de la granja. Es importante tener en cuenta que los programas de bioseguridad deben ser adaptables y hechos a la medida de la situación de cada explotación. Por lo tanto, las evaluaciones cuantitativas de riesgos pueden ser útiles para identificar y justificar cambios en la bioseguridad en función de la probabilidad de introducción de enfermedades.
Un estudio reciente (Benavides et al., 2020) desarrolló un modelo de evaluación de riesgos cuantitativo para identificar las medidas de bioseguridad específicas de la granja que deben implementarse para reducir la probabilidad anual de introducir BoHV-1 en los rebaños de ganado lechero.
Para crear el modelo los investigadores recogieron datos de varias fuentes. La información se obtuvo del registro oficial de los desplazamientos de animales, cuestionarios de bioseguridad, literatura científica y la opinión de expertos veterinarios de campo. Se utilizó un cuestionario estructurado para recopilar datos sobre medidas de bioseguridad en 127 granjas lecheras españolas. El cuestionario se estructuró en cuatro partes: datos generales de la granja, desplazamiento de animales, vehículos, visitantes y personal.
En el desarrollo del modelo participaron veterinarios involucrados en la gestión sanitaria de los rebaños estudiados. A partir de las conversaciones del grupo, se consideró incluir en el modelo las siguientes variables: la compra o introducción de ganado, la cría fuera de la granja de terneros de reemplazo, la exhibición del ganado en concursos, compartir vehículos de transporte y transportar animales en remolques que no fueron limpiados ni desinfectados. Además, compartir un remolque con animales con infecciones agudas podría provocar la infección del ganado susceptible.
El estudio reveló que los movimientos de ganado se realizaban principalmente por contratistas y las granjas comúnmente compartían remolques para transportar ganado. Solo la mitad de las granjas tenían su remolque de transporte y lo limpiaban y desinfectaban. En las granjas participantes no era común evaluar a los animales en origen para detectar BoHV-1, tener instalaciones de cuarentena para los recién llegados y hacerles pruebas.
El estudio encontró que la probabilidad anual de introducción de BoHV-1 a través de animales infectados difería entre granjas. La probabilidad media de introducir el virus en un rebaño fue del 9%. Las lecherías que compran ganado localmente y comparten remolques de transporte tuvieron la mayor probabilidad de introducción. Los resultados destacan la necesidad de mejorar las medidas de bioseguridad en los rebaños de estudio.
Una ayuda en la toma de decisiones
El modelo desarrollado en este estudio podría ser una herramienta útil para apoyar la toma de decisiones sobre las medidas de bioseguridad que deben priorizarse para disminuir la introducción viral al rebaño. Los modelos de evaluación de riesgos cuantitativos pueden estimar la probabilidad de introducción viral en una población. Estos modelos tienen en cuenta factores que influyen en la probabilidad de transmisión de la enfermedad, como la persistencia ambiental del virus, la carga viral desprendida por los animales afectados, la frecuencia de contactos o las medidas de bioseguridad, entre otros factores que podrían modificar la probabilidad de transmisión debido a un determinado contacto.
Una desventaja del uso de este tipo de modelos en la práctica es su complejidad, limitando en última instancia su utilidad para mejorar la bioseguridad en la práctica. Al involucrar a los veterinarios de campo en el desarrollo del modelo, los investigadores de este estudio se propusieron favorecer la adopción del modelo.
Un punto clave es que la participación y la retroalimentación de las partes interesadas en bioseguridad es vital para la implementación exitosa de este modelo de mejora.
Referencia
B. Benavides, J. Casal, J. F. Diéguez, E. Yus, S. J. Moya, R. Armengol, and A. Allepuz. Development of a quantitative risk assessment of bovine viral diarrhea virus and bovine herpesvirus-1 introduction in dairy cattle herds to improve biosecurity. 2020. J. Dairy Sci. 103:6454–6472.
© 2020 Dairy Knowledge Center. All Rights Reserved.