La pulpa de remolacha aumenta la producción de grasa láctea en vacas de alta producción

María Villagrasa & Nuria Garcia

Cuando la calidad del forraje es baja, las dietas de las vacas de alta producción deben complementarse con grandes cantidades de concentrado. No obstante, esto puede tener consecuencias negativas al aumentar el riesgo de aparición de acidosis —debido al aumento de la degradación del almidón en el rumen—, y de otros trastornos digestivos que pueden interferir en la eficiencia productiva del ganado.

Por lo tanto, es necesario encontrar estrategias que disminuyan el contenido de almidón de las dietas de las vacas lecheras sin comprometer el consumo de alimentos y el contenido energético. En este sentido, la sustitución de parte de los cereales por alimentos con un elevado contenido en fibra soluble, como la pulpa de remolacha, puede contribuir a paliar el problema de acidosis e influir positivamente en el bienestar del animal.

La pulpa de remolacha es un coproducto que se obtiene después del procesado de la remolacha para la obtención de azúcar. Su bajo nivel de lignina y las fibras de alta digestibilidad hacen que mejore el consumo de materia seca (MS) en las vacas de alta producción.

La pulpa de remolacha tiene una elevada concentración de fibra neutro detergente (FND) soluble, en especial de pectinas. La digestión de pectina en el rumen produce menos lactato y propionato que la fermentación del almidón y más acético, lo que favorece la síntesis de grasa en animales lecheros; no interfiere con la digestión de celulosa y hemicelulosa y se puede digerir más rápidamente que la del forraje. Por otra parte, se ha demostrado que en combinación con granos de cereales la pulpa de remolacha es eficaz para disminuir el contenido de almidón en la dieta y mejorar la salud ruminal sin producir efectos adversos en la producción de leche.

Con este objetivo, un grupo de investigadores (Nemati et al., 2020) realizó un estudio para probar los efectos de la sustitución de cebada y maíz por cantidades crecientes de pulpa de remolacha en las dietas de vacas lecheras de alta producción sobre su metabolismo y rendimiento productivo.

Se utilizaron ocho vacas Holstein de segundo parto que fueron asignadas aleatoriamente a una de las 4 dietas en las que se combinaban dos tipos de grano (cebada o maíz) y pulpa de remolacha en dos niveles de inclusión (5 o 15% MS):

  • dieta de cebada con remolacha al 5% MS
  • dieta de cebada con remolacha al 15% MS
  • dieta de maíz con remolacha al 5% MS
  • dieta de maíz con remolacha al 15% MS

La creciente inclusión de pulpa de remolacha en las dietas se llevó a cabo a expensas de disminuir una proporción igual de grano (cebada o maíz) sobre la base de MS, y las dietas se formularon para tener concentraciones similares de energía y proteína. La proporción de forraje a concentrados en todas las dietas fue de 35% a 65% MS.

Composición nutricional de las dietas experimentales.

Como ya se ha señalado, los cereales tienen un elevado contenido de almidón y bajo de fibra lo que puede provocar acidosis, por lo que se esperaba que la adición de pulpa de remolacha modificara la concentración de ambos nutrientes. En este caso se consiguió reducir el nivel de almidón (27.2 vs. 21.2% MS en las dietas bajas y altas en pulpa respectivamente) y aumentar el contenido de FND (30.3 vs. 33.3% de MS) a medida que aumentó el porcentaje de pulpa de remolacha en las dietas.

La inclusión de remolacha no afectó al consumo de MS, no obstante las vacas que se alimentaron con las dietas de maíz mostraron un mayor consumo de MS que las alimentadas con cebada: 27.8 vs. 26.3 kg/d.

Al añadir más pulpa de remolacha a las dietas aumentó la grasa láctea

La producción de leche no se vio afectada por la inclusión de pulpa de remolacha, pero sí que cambió según el tipo de grano de la dieta de modo que las vacas alimentadas con maíz produjeron más leche que las alimentadas con cebada (leche corregida por grasa: 41.0 vs. 39.2 kg/día; leche corregida por energía: 44.1 vs. 42.1).

Respecto a la grasa se observó un incremento en su producción tanto en las vacas alimentadas con maíz (1.47 vs. 1.38 kg/día, maíz vs. cebada) como en las dietas con el 15% de pulpa (1.47 vs. 1.39 kg/día, 15% vs. 5% pulpa). La producción de proteína también fue mayor en las vacas alimentadas con maíz (1.38 vs 1.31 kg/día).

La concentración de nitrógeno ureico en la leche no se vio afectada por los tratamientos y en promedio fue de 15.4 mg/dl.

Efectos de la pulpa de remolacha sobre la fermentación ruminal

En las dietas con un 15% de pulpa de remolacha se observó un aumento del pH ruminal con respecto a las dietas con un 5% de pulpa (6.38 vs. 6.20) lo mismo que con la concentración de acetato en el rumen (59.9 vs. 57.7%).

Tanto el aumento del pH ruminal como el de la producción de acetato respaldan el aumento de la producción de grasa láctea observado en el presente estudio. De hecho, el acetato es un importante precursor para la síntesis de grasa láctea en la glándula mamaria y la mejora del pH ruminal puede prevenir la depresión de la grasa láctea.

Por otra parte la concentración total de ácidos grasos volátiles en el fluido ruminal y la ratio acetato/propionato no se vieron afectadas por los tratamientos.

Conclusiones

La inclusión creciente de pulpa de remolacha en la dieta de vacas lecheras mejoró el pH ruminal y la producción de grasa láctea.

Igualmente se observó que, en general, las vacas alimentadas con maíz consumieron más MS y produjeron más leche y proteína láctea que las alimentadas con cebada, independientemente del nivel de pulpa de las dietas.

Referencia

Nemati, Morteza & Khorvash, Mohammad & Ghorbani, Gholam & Hashemzadeh, Farzad & H. Ghaffari, Morteza & Nasrollahi, Sayyed Mahmoud. (2020). Effects of substitution of beet pulp for different grains (barley or corn) in the diet of high-producing dairy cows on feeding behavior, performance, and ruminal fermentation. Journal of Dairy Science. 103. 10.3168/jds.2020-18308.

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