María Villagrasa & Nuria García
El permeato de suero es un nutritivo coproducto de la elaboración del queso. Con el crecimiento de la industria quesera se producen cantidades cada vez mayores de este coproducto, que puede ser un potente contaminante si se libera en corrientes de agua.
Un mejor conocimiento de las características nutricionales del permeato ha permitido la búsqueda de nuevas formas de reutilizarlo, entre ellas, su uso como alimento para rumiantes. En este sentido, se puede utilizar en forma líquida mezclado con agua, en forma de concentrado o en forma de sólidos secos.
El permeato de suero se obtiene extrayendo las proteínas y otros sólidos de la leche o del suero. Su contenido en lactosa es muy elevado, oscila entre un 80 y un 87%, según el suero original sea ácido o dulce, respectivamente por lo que se puede considerar esencialmente un alimento energético (aproximadamente 3.4 Mcal energía metabolizable/kg materia seca; MS). Contiene aproximadamente un 3% de proteína y un 10% de cenizas (MS).
Algunos estudios señalan que la alimentación con azúcares como lactosa o sacarosa como reemplazo parcial del almidón del grano de cereales, mejora la producción de leche en las vacas; sin embargo, otros estudios muestran resultados negativos. Lo mismo sucede con el efecto sobre la proteína ruminal; los resultados son inconsistentes.
Es posible que el tipo de azúcar y la cantidad añadida puedan ser la causa de esta inconsistencia. Por lo tanto, es importante determinar las respuestas de producción y la utilización de nitrógeno cuando las vacas se alimentan con dietas basadas en diferentes tipos de grano (la mayoría de los estudios están hechos con maíz) y con diferentes cantidades de azúcar.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Saskatchewan (Canadá; De Seram et al., 2020) estudió los efectos del reemplazo parcial del almidón de la cebada por lactosa, en forma de permeato de suero lácteo, sobre la fermentación ruminal y el rendimiento productivo en vacas lecheras.
Se utilizaron ocho vacas Holstein multíparas en lactación y se repartieron en cuatro grupos. Las vacas fueron alimentadas con dietas a base de ensilado de cebada que contenían las siguientes cantidades de azúcares totales (base MS): 3.64% (dieta control), 6.60%, 9.60% o 12.6%.
Para conseguir el contenido indicado de azúcar se reemplazó el grano de cebada aplastado en seco por permeato de suero lácteo (83% de lactosa). Las dietas se proporcionaron como ración completa mezclada y la relación forraje:concentrado era del 50:50, base MS.
Los ingredientes y la composición nutricional de las dietas se presentan en las tablas 1 y 2.
El reemplazo parcial del grano de cebada por lactosa redujo el contenido de almidón de la dieta de 24.3 (dieta control sin lactosa) a 19.1% (dieta con la mayor cantidad de lactosa). El contenido total de NSC y NFC varió de 28.0 a 31.7% y de 36.8 a 37.1%, respectivamente, en todas las dietas. La FND se redujo de un 34.4% en la dieta control a un 32.5 en la dieta con más cantidad de lactosa, mientras que la FAD pasó de un 24.6% a un 23.1%.
La inclusión de lactosa no modificó la mayoría de los parámetros productivos
El consumo de MS (26.7 g/día), la producción de leche (34.8 kg/día) o la leche corregida por energía (36.0 kg/día) no se vieron afectados al incluir lactosa en las dietas. Del mismo modo, el contenido y producción de grasa y proteína lácteas tampoco fueron diferentes entre las dietas.
La falta de una mejora en el rendimiento productivo al añadir lactosa probablemente se debió a que las vacas no consumieron más MS. Estos resultados son consistentes con los de otros autores. No obstante, también en algunos estudios se consiguió mejorar el consumo de MS. La diferencia entre ambos resultados puede estar relacionada con factores como diferencias en la composición basal de la dieta y cantidad de alimento consumida, de modo que las respuestas de producción pueden depender del tipo de grano de cereal que se reemplaza con azúcares.
Por otra parte, el contenido de lactosa de la leche aumentó al añadir más azúcares (de 4.40% de lactosa en la dieta control a 4.46% en la dieta con una cantidad de lactosa media; en la dieta con más lactosa el porcentaje volvió a bajar hasta 4.40%); sin embargo, la producción de lactosa no se vio afectada.
Así mismo, la inclusión de lactosa en las dietas no afectó a las concentraciones de nitrógeno ureico en leche, nitrógeno ureico en plasma o beta-hidroxibutirato.
Características de la fermentación ruminal
Las concentraciones ruminales de acetato, propionato, isobutirato, ácidos grasos volátiles y la relación acetato:propionato no se vieron afectadas por la inclusión de lactosa en la dieta; sin embargo, las concentraciones ruminales de butirato aumentaron de forma lineal al aumentar el contenido de lactosa en la dieta. Este último resultado concuerda con estudios previos, lo que indica que puede haber un cambio parcial en la fermentación ruminal de la lactosa hacia la producción de butirato en vacas alimentadas con dietas que contienen lactosa como fuente de azúcar.
Por lo que respecta a las concentraciones ruminales de amoniaco, estas disminuyeron linealmente a medida que aumentaba el contenido de lactosa en la dieta, lo que podría indicar una mejor utilización del nitrógeno ruminal. Sin embargo, otros factores relacionados con una mejor utilización de nitrógeno, como el flujo de nitrógeno no amoniacal bacteriano, aumentaron a medida que el contenido de lactosa se incrementó hasta llegar a la dieta con 9.60% de lactosa antes de disminuir en la de 12.6%, por lo que incluir azúcares en un porcentaje superior al 9.60% MS puede reducir la síntesis de proteína microbiana ruminal.
El pH ruminal, por su parte, mostró una respuesta cuadrática, es decir, aumentó al aumentar la concentración de lactosa pero se redujo cuando la concentración de lactosa fue máxima (control: 6.32; concentración más baja de lactosa: 6.31; concentración media: 6.34, concentración más alta: 6.22).
Conclusiones
Los resultados de este estudio indican que la producción de leche no mejoró cuando la lactosa reemplazó al almidón del grano de cebada.
Por otra parte, aunque la utilización de nitrógeno en el rumen podría mejorar al añadir cantidades crecientes de lactosa incluir azúcares más allá del 9.60% podría tener efectos negativos sobre algunos factores relacionados con la utilización del nitrógeno.
Referencia
De Seram, Eranga & Penner, Gregory & Mutswangwa, Timothy. (2019). Nitrogen utilization, whole-body urea-nitrogen kinetics, omasal nutrient flow, and production performance in dairy cows fed lactose as a partial replacement for barley starch. Journal of Dairy Science. 102. 10.3168/jds.2018-15956.
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