Las vacas alimentadas con guisantes y colza mejoran la producción

Álvaro García

La clave para una alimentación adecuada de las vacas lecheras es la inclusión de alimentos en la dieta que se complementen entre sí. Las proteínas y la energía son los macronutrientes más caros y optimizar su metabolismo es muy importante para mejorar los ingresos sobre los costos de alimentación.

El guisante común (Pisum sativum) es un cultivo utilizado en la cadena alimentaria humana, comúnmente cultivado en las grandes llanuras del norte de EE.UU. y Canadá. Sus concentraciones relativamente altas de proteína bruta (promedio 21.0%) y almidón (promedio 44.9%) los convierten en un ingrediente atractivo en las dietas de ganado. Sin embargo, la mayoría de sus proteínas son proteínas solubles que deben equilibrarse adecuadamente para mantener una ingesta de materia seca (MS) aceptable, rendimiento de leche y utilización del nitrógeno (N) para vacas lecheras en lactación.

Se han observado respuestas negativas en la producción de leche y proteína verdadera con inclusiones altas de guisantes en las dietas (p. 24-36% de la dieta sobre MS). Sin embargo, estos efectos negativos no han sido evidentes cuando se agregó metionina protegida (metionina) y lisina frente a la degradación ruminal a las dietas con más del 25% de guisantes molidos (guisantes). Los resultados anteriores también sugieren que cuando los guisantes constituían el 25% de la MS de la dieta, la metionina era el primer aminoácido (AA) limitante y la histidina, leucina y fenilalanina también se encontraban en concentraciones inferiores a las adecuadas.

Un estudio reciente (Pereira et al., 2020) evaluó los efectos sobre la producción, la digestibilidad de los nutrientes y el metabolismo del N en vacas alimentadas con un 25% de guisantes en las dietas que contenían harina de soja (HS) o harina de colza (HC) y con o sin la adición de metionina. Las vacas fueron alimentadas (base a MS) 35% de ensilaje de maíz, 14% de heno de leguminosas, 25% de guisantes y 11% de HS o 13.5% de HC con o sin la suplementación de metionina en una relación de forraje y concentrado de 49:51. Los guisantes tuvieron un 19.8% de proteína, 75% de proteína soluble (% proteína) y 49.5% de almidón.

Los tratamientos (base a MS) fueron:

  1. 11% HS y 25% guisantes (dieta HS)
  2. 11% de HS, 25% de guisantes y 0.095% de metionina (HS + dieta de metionina)
  3. 5% HC y 25% guisantes
  4. 5% de HC, 25% de guisantes y 0.095% de metionina (HC + dieta de metionina)

Las vacas alimentadas con HC y HC + Metionina mostraron un aumento del 3.2% en la ingestión MS en comparación con las que recibieron HS y HS + Metionina. La eficacia alimentaria no se vio afectada por la fuente de proteína, tampoco lo fueron las concentraciones de grasa en la leche y proteína verdadera. Las concentraciones de lactosa y solidos no grasos de la leche aumentaron, mientras que los sólidos totales de la leche tendieron a aumentar en las vacas alimentadas con HS y HS + Metionina en comparación con las dietas HC y HC + Metionina.

La producción de leche, grasa láctea, proteína verdadera, sólidos no grasos y sólidos totales fue superior en las dietas con HC y HC + Metionina comparado con las dietas HS y HS + Metionina. Las vacas alimentadas con HC y HC + Metionina tuvieron un nivel de nitrógeno ureico en leche (NUL) más bajo que aquellas con HS y HS + Metionina. Estos resultados sugieren que la proteína de la HC era menos degradable en el rumen que la de la HS. Como era de esperar, la concentración de nitrógeno ureico en plasma (NUP) siguió las concentraciones de MUN y disminuyó con la HC y HC + Metionina en comparación con HS y HS + Metionina.

El hecho de que MUN y PUN fueran más bajos y que la producción de leche y proteína verdadera fuera más alto en vacas con HC indica una mejor eficiencia de la utilización del N. Además, los AA esenciales individuales en sangre aumentaron en vacas alimentadas con HC y HC + Metionina en comparación con HS y HS + Metionina.

En resumen, la fuente de proteínas afectó a la mayoría de las variables de producción. Las vacas alimentadas con HC más guisantes tuvieron una mayor ingesta, rendimiento lechero, grasa láctea y proteína verdadera y eficiencia del N en la leche que las que ofrecían HS más guisantes. La alimentación con HC más guisantes también redujo las concentraciones de NUL y NUP y la excreción urinaria de N amoniacal y N úrico, lo que sugiere una mejor eficiencia en el uso del N.

Además, la sustitución de HS con HC aumentó las concentraciones de todos los AA esenciales (excepto Arg) en plasma. La lisina fue en general el primer AA limitante en sangre, mientras que la Met fue el limitante en las dietas sin metionina. Las concentraciones plasmáticas de metionina aumentaron 63% con la suplementación de metionina. La digestibilidad de la MS en el tracto total, materia orgánica, N y fibra-acido-detergente aumentó cuando se suministro HS más guisantes en comparación con HC más guisantes. A juzgar por los rendimientos y proteína de la leche y la eficiencia del uso de N, la HC parece ser un mejor compañero de los guisantes como fuente de proteína degradable en el rumen que la HS cuando el anterior está en altas concentraciones (25% de la dieta MS).

Referencia

Pereira, A.B.D., Moura, D.C., Whitehouse, N.L., Brito, A.F. 2020. Production and nitrogen metabolism in lactating dairy cows fed finely ground field pea plus soybean meal or canola meal with or without rumen-protected methionine supplementation. Journal of Dairy Science. 103(4): 3161-3176.

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