Inclusión de ensilado de festuca en dietas de vacas lecheras

Maria Villagrasa & Fernando Diaz

Desde el punto de vista económico, las especies vegetales más adecuadas para el consumo de animales de producción son las que tienen una producción de biomasa alta y estable, son tolerantes al frío, la sequía y otros factores ambientales adversos y, en general, poco exigentes para las condiciones de crecimiento.

La festuca (Festuca arundinacea Schreb.) es una planta de estación fría que cumple con todos estos requisitos y se distribuye en una amplia gama de condiciones climáticas. Originaria de Europa y África del Norte la festuca es una especie de hierba ampliamente adaptada cuyas poblaciones naturales se ubican en sitios que varían de áridos a muy húmedos.

La festuca puede soportar mejor la sequía que otros pastos de estación fría como el raigrás perenne (Lolium perenne L.) o el pasto azul de Kentucky (Poa pratensis L.). Aunque la mayor parte de la producción total de festuca se produce normalmente durante la primavera, el crecimiento otoñal puede ser significativo con la humedad adecuada y la correcta aplicación de nitrógeno.

La festuca se conserva habitualmente como heno o ensilado y puede producir forrajes de alta calidad, con altos niveles de energía digestible, proteínas y minerales. Sin embargo, su composición depende en gran medida de la etapa de madurez en la que se cosecha.

El fleo (Phleum pratense L.) es una de las principales especies de pasto forrajero perenne que se cultiva en la región fría y húmeda del noreste de América del Norte y destaca por su buen rendimiento en condiciones frías. Sin embargo, las condiciones cálidas y secas del verano pueden afectar negativamente a su productividad y valor nutritivo lo que reduce sus ventajas sobre otras especies de pastos forrajeros.

Gracias a su mejor tolerancia a los periodos secos, la festuca puede ser una buena alternativa al fleo. Para comprobar esta hipótesis un estudio (Richard et al., 2020) evaluó el efecto de reemplazar el ensilado de fleo por ensilado de festuca sobre el consumo de materia seca (MS) y la producción y composición de la leche en vacas Holstein en lactación.

Se compararon dos dietas (proporción de forraje a concentrado de 70:30) elaboradas con ensilado de fleo y ensilado de festuca.

La composición nutritiva del forraje de fleo respecto al del ensilado de festuca fue de: materia seca: 31.3 vs. 34.1% materia fresca; materia orgánica: 91.6 vs. 90.3% MS; proteína: 15.4 vs. 13.6% MS; fibra neutro detergente (FND): 58.3 vs. 54.3% MS; fibra ácido detergente (FAD): 38.5 vs. 35.3% MS; energía neta de lactación: 1.23 vs. 1.26 Mcal/kg MS; ácidos grasos totales: 1.99 vs. 2.12% MS; digestibilidad in vitro: 86.3 vs 86.1% MS; digestibilidad FND in vitro: 76.4 vs. 74.4% FND.

La composición de la dieta de ensilado de fleo respecto a la del ensilado de festuca fue de: materia seca: 33.8 vs. 34.1% MS; materia orgánica: 92.4 vs. 91.7% MS; proteína: 14.9 vs. 13.8% MS; FND: 43.8 vs. 39.8% MS y fibra ácido detergente (FAD): 28.0 vs. 25.2 MS%.

Producción y composición de la leche

Las dietas no afectaron al consumo de MS (22.6 kg/día). Este resultado es consistente con otros estudios que encontraron que el consumo de MS era similar para la festuca y otras especies de hierbas, siempre que las hierbas se cosecharan en la misma etapa de desarrollo.

Las dietas tampoco afectaron a la producción de leche corregida por energía (27.9 g/día), o corregida por grasa (27.7 g/día) ni se observaron diferencias respecto a la concentración (4.27%) y producción (1,137 g/día) de grasa láctea o a la producción de lactosa (1,198 g/día), aunque la concentración de lactosa fue menor en las vacas que consumieron ensilado de fleo (4.41 vs. 4.49%).

Del mismo modo, otras investigaciones indican que la producción de leche en vacas alimentadas con diferentes especies de hierbas era similar, siempre que la digestibilidad de la materia orgánica del forraje fuera parecida. En este experimento, los ensilados de fleo y festuca tuvieron una digestibilidad in vitro similar (86.2% de MS).

Por otra parte, la concentración de nitrógeno ureico en leche (NUL) fue mayor en las vacas que recibieron la dieta con ensilado de fleo (9.0 vs. 6.5 mg/dl), y en la concentración de amoniaco ruminal se observó la misma tendencia (10.1 vs. 9.09 mg/dl) lo que podría deberse a la diferencia en la concentración de proteína entre los dos ensilados.

De manera similar, la concentración de proteína de la leche fue mayor cuando las vacas fueron alimentadas con fleo que con festuca (3.53 vs. 3.40%) lo que sugiere una escasez de N en el ensilado de festuca.

Fermentación del rumen

El pH del rumen fue similar entre las vacas alimentadas con las dos dietas (6.37 de media). Estos valores relativamente altos se corresponden con las altas concentraciones de FND (> 34.7%) de las dietas experimentales. La proporción molar de propionato en el rumen fue mayor cuando las vacas recibieron la dieta con ensilado de festuca en comparación con el de fleo (19.7 vs. 17.5%), lo que dio lugar a un menor ratio de acetato a propionato (3.5 para la festuca y 4.1 para el fleo). Este efecto podría estar relacionado con la menor concentración de FND del ensilado de festuca en comparación con el ensilado de fleo.

Conclusión

La alimentación de vacas en lactación con ensilados de festuca o fleo no afectó al consumo de MS, la producción de leche o la concentración de grasa láctea. Estos resultados confirman el potencial del uso de ensilado de festuca para reemplazar al ensilado de fleo en las dietas de las vacas lecheras.

Referencia

A.-M. Richard, R. Gervais, G. F. Tremblay, G. Bélanger, and É. Charbonneau. Tall fescue as an alternative to timothy fed with or without alfalfa to dairy cows. 2020. J. Dairy Sci. 103:8062–8073.

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