La cojera durante el periodo seco aumenta las enfermedades de transición

Alvaro Garcia

Durante el periodo de transición las vacas lecheras tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas y metabólicas que provienen de cambios repentinos en el el metabolismo. Entre estos cambios es probable que la reducción del consumo de alimento en las semanas cercanas al parto sea el que tenga el mayor peso como causa predisponente a problemas metabólicos.

Relación entre el consumo de materia seca, la cojera y la aparición de enfermedades metabólicas

El consumo inadecuado de nutrientes se ha asociado con problemas metabólicos frecuentes como la metritis, hipocalcemia subclínica y cetosis subclínica. Para complicar aún más las cosas, una reducción en el consumo de materia seca (MS) durante el periodo de preparto puede prolongar y agravar el balance energético negativo durante el periodo de transición por la movilización de grasas.

Este aumento del metabolismo en el tejido adiposo y el hígado provoca un estado de inflamación que se ha relacionado con una mayor incidencia de varios de estos problemas del periparto. Una nutrición adecuada también es fundamental para mantener la integridad de la pezuña y prolongar la vida productiva del animal. La cojera sigue siendo la segunda razón más importante de desecho de vacas lecheras en los EE. UU., justo detrás de la mastitis. Además, la cojera se considera uno de los mejores indicadores de bienestar del ganado lechero.

La acidosis subclínica y su manifestación clínica, laminitis, pueden ser el resultado de errores nutricionales o incluso de manejo. Una excesiva suplementación de grano, la presencia de carbohidratos altamente fermentables o cambios en las proporciones fibra/carbohidratos pueden generar cantidades inadecuadas de fibra dietética eficaz.

Otro aspecto importante para evaluar el estado de salud de las vacas lecheras es la puntuación de la condición corporal. Si bien es subjetiva, sigue siendo una herramienta de evaluación visual muy útil y práctica del estado nutricional del ganado con un alto porcentaje de repetibilidad que se consigue con la práctica, tanto entre mediciones como entre observadores.

El índice de condición corporal (ICC) se puede utilizar de forma rutinaria tanto para evaluar el estado nutricional de grupos de ganado que reciben dietas diferentes como para determinar la distribución correcta de alimento, donde tendrá el mayor efecto en la salud o en los ingresos sobre los costes de alimentación.

Si mejorar el ICC al máximo aumenta la fertilidad, una condición excesiva puede provocar problemas metabólicos, particularmente en vacas en el periodo de preparto. El hígado graso, por ejemplo, puede aparecer poco antes y después del parto, durante el periodo de transición. Cuando se enfrenta a una reducción en el consumo de alimento, una vaca moviliza la grasa corporal, lo que aumenta tanto la concentración de ácidos grasos circulantes como los depósitos de grasa en el hígado.

Trabajos recientes han sugerido que existe una relación entre el consumo de MS, incidencia de cojeras y la aparición de enfermedades metabólicas. En un experimento reciente (Daros et al., 2020), se calificó a las vacas semanalmente para la gravedad de las cojeras mediante una escala del 1 a 5.

La gravedad de la cojera se determinó según las puntuaciones consecutivas observadas en la marcha como: coja (dos puntuaciones consecutivas de locomoción de 3 o una puntuación igual o superior a 4) o sana (dos puntuaciones consecutivas de la locomoción menores o iguales a 2). El estado de cojera se clasificó como:

  1. Cojera en el secado (sana o coja).
  2. Grupo de cojera (siempre sana = sana en todas las visitas; coja crónica = coja en todas las visitas, y otro = cambio de sana a coja o viceversa).
  3. Porcentaje de semanas coja durante el periodo seco.

La cojera se asocia con la disminución del tiempo dedicado al consumo de alimentos

Los resultados mostraron que la cojera en el momento del secado se asoció con la aparición de metritis y dolencias periparto. Las vacas cojas de forma crónica y las que pasaron un mayor porcentaje de semanas cojas durante el periodo seco tuvieron una mayor incidencia de metritis y problemas periparto.

La cojera también se asoció con una disminución del tiempo dedicado al consumo de alimentos, que a su vez se asoció con una mayor probabilidad de cetosis subclínica y problemas periparto, pero no con metritis. La cojera no se asoció con cambios en la condición corporal. Sin embargo, las vacas que perdieron ICC durante el periodo seco fueron más propensas a desarrollar mastitis subclínica, metritis y problemas periparto.

Los cambios en la condición corporal estuvieron altamente asociados con el índice de condición corporal en el secado; la pérdida de ICC se asoció con el ICC en el secado de modo que las vacas que estaban gordas en el secado perdieron condición corporal, y las vacas delgadas la ganaron durante el periodo seco.

Reducir la cojera durante el periodo seco puede mejorar la salud de las vacas en transición

Estos resultados sugieren que reducir la cojera durante el periodo seco y evitar el acondicionamiento excesivo durante el secado pueden mejorar la salud de las vacas en transición. Es posible que la cojera pueda estar asociada con enfermedades periparto debido a la reducción del tiempo destinado al consumo de alimentos durante el periodo seco.

En este experimento, las vacas cojas pasaron menos tiempo alimentándose que las vacas sanas y, a su vez, un menor tiempo de alimentación se asoció con mayores probabilidades de padecer enfermedades de transición.

Referencia

Ruan R. Daros, Hanna K. Eriksson, Daniel M. Weary, and Marina A. G. von Keyserlingk. The relationship between transition period diseases and lameness, feeding time, and body condition during the dry period. J. Dairy Sci. (2020) 103:649–665.

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